En ocasiones, podemos tratar a nuestros gatos con la alimentación humana, siempre y cuando se mantenga un tratamiento ocasional y no compensa la mayor parte de su dieta. Hasta una cucharada de alimento humano es una buena cantidad aproximada para el tratamiento ocasional. Un toque de carne cocida sin hueso, cocida de pollo sin hueso, arroz integral cocido o huevo cocido no es normalmente un problema.
El problema se convierte en identificar qué alimento humano es seguro para el gato y cómo se debe preparar. Por ejemplo, un poco de pescado cocido deshuesado sin especias no debe dañar a su gato. Sin embargo el atún en lata contiene un poco de mercurio y petróleo pesado, los cuales son muy malos para su gato. Los gatos también digieren mejor cuando la comida esté a temperatura ambiente. Otro problema clave es saber si la comida fue preparada con una sustancia que es perjudicial para los gatos. Una lista muy corta de los malos alimentos incluyen: chocolate, productos de maíz, productos de alcohol / cafeína, los huesos (ya sea crudos o cocidos, porque incluso los huesos cocidos pueden astillarse) huevos crudos, cebolla, nueces, etc.
Teniendo en cuenta todos estos riesgos, a menos que haya hecho la investigación o ha consultado con su veterinario, la ruta más segura sería la de no dar a su gato sobras de la mesa en absoluto. Hay un montón de golosinas para gatos de alta calidad que se pueden comprar en las tiendas de mascotas y se les da de vez en cuando. Estas delicias se diseñaron específicamente para los gatos, así que ¿por qué arriesgarse con la alimentación humana?
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