Un perro con un cerebro activo es un animal más feliz. Estimular la inteligencia del can, es un modo de evitar el aburrimiento y de esta forma, conductas indeseadas, como destrozos en casa, ladridos excesivos o animales demasiado dependientes.
Igual que les sucede a las personas, muchos perros necesitan tener la mente ocupada. Por este motivo, los paseos y las relaciones sociales con otros animales y personas son esenciales para evitar el aburrimiento del can y prevenir problemas de conducta más o menos graves (destrozos en el hogar, perros celosos, ansiedad, etc.).
A continuación algunos juegos, sencillos y económicos para despertar la mente de su mascota.
El juego del escondite
Un perro ocupado es un can contento. Lograr que lleve su propia mochila durante el paseo (con sus objetos personales) o que traiga el periódico en casa son actividades que ejercitan su cerebro. Otra opción interesante es jugar al escondite con él. Unte un objeto con un poco de comida húmeda y escóndalo en el parque o en casa.
La pista de rastreo de búsqueda puede incorporar cajas, envases y otros obstáculos que el can deba saltar. El objeto con la comida puede ocultarse en distintos lugares del recorrido y a medida que el can los descubra, se le premia con caricias, e incluso, con alguna galleta casera.
El juego del escondite
Un perro ocupado es un can contento. Lograr que lleve su propia mochila durante el paseo (con sus objetos personales) o que traiga el periódico en casa son actividades que ejercitan su cerebro. Otra opción interesante es jugar al escondite con él. Unte un objeto con un poco de comida húmeda y escóndalo en el parque o en casa.
La pista de rastreo de búsqueda puede incorporar cajas, envases y otros obstáculos que el can deba saltar. El objeto con la comida puede ocultarse en distintos lugares del recorrido y a medida que el can los descubra, se le premia con caricias, e incluso, con alguna galleta casera.
Agárrame, si puedes
El perro disfrutará mucho con este estimulante y divertido juego canino. Atamos al extremo de un palo largo una cuerda que tenga, al menos, un metro de longitud. Al final de la cuerda se anuda un peluche pequeño y ya tenemos un juguete casero barato para el animal. Nos escondemos detrás de una puerta o pared y agarramos el palo con las manos, mientras el muñeco reposa sobre el suelo, a la vista del perro.
Cuando el peluche logre llamar la atención del can (para ello se puede mover ligeramente el palo), tratará de alcanzarlo con su boca. En ese momento, se intensifica el movimiento para evitar que el animal lo atrape. Así se convierte en un creativo juego de agarre para el perro.
Un, dos, tres para estimular la inteligencia del can
Motivar al perro a emprender diferentes acciones es otro juego divertido que sirve para estimular su mente. La señal para cambiar de actividad (entre otras, para pasar de coger una pelota a correr por el pasillo en busca de su juguete o recibir un abrazo) puede estar precedida de un enérgico y simpático “un, dos, tres”, que funcione de detonante para modificar la acción.
El pajarito en la ventana
El perro, como las personas, disfruta con la novedad. Si se vive en una casa con terraza o jardín, puede colocarse un comedero para pájaros frente a la ventana, lo que proporcionará a nuestro can un paisaje cambiante y entretenido, que variará a medida que nuevas aves se acerquen en busca de alimento. Nuestro papel en este juego desaparece una vez que la casita para los pájaros esté colocada. Por el contrario, para el perro, será un divertido entretenimiento, que le ayudará a sentirse menos solo.
El perro, como las personas, disfruta con la novedad. Si se vive en una casa con terraza o jardín, puede colocarse un comedero para pájaros frente a la ventana, lo que proporcionará a nuestro can un paisaje cambiante y entretenido, que variará a medida que nuevas aves se acerquen en busca de alimento. Nuestro papel en este juego desaparece una vez que la casita para los pájaros esté colocada. Por el contrario, para el perro, será un divertido entretenimiento, que le ayudará a sentirse menos solo.
Cinco minutos de música para el perro
Los sonidos proporcionan sensaciones al can y son un recurso para tranquilizar a un cachorro ansioso, que sufre cuando se queda solo en casa. Del mismo modo, oír a unos lobos aullar o escuchar unas ballenas salvajes en el mar resulta un estimulo para el cerebro del perro.
Internet ayuda a obtener algunos de estos sonidos de un modo gratuito. El sitio web Animal sounds recopila distintas e interesantes sonoridades salvajes: desde aves que vuelan hasta animales de granja u otros congéneres que ladran. Sin duda, un estimulante esparcimiento para el can.
¡A por un nuevo truco!
Enseñar al perro instrucciones, como sentarse, tumbarse o dar la pata, es otro modo de mantener activa la mente del animal. Hay clases y profesionales dedicados a la enseñanza canina, pero algunos trucos caseros de obediencia también pueden ayudar y sirven para desarrollar su capacidad de relación. Estas sesiones de entrenamiento obligan al perro a activar su cerebro.
Utilizar alguna otra herramienta complementaria, como un ”clicker” (usado en educación canina) colabora con el aprendizaje y facilita que el can siga la dinámica del juego, aunque no es necesario. Una vez que el perro haya aprendido a sentarse, podemos incorporar las nuevas pautas adquiridas. Aumentar la complejidad es un modo de estimular su mente.
La captura del disco volador
El lanzamiento del frisbee, o disco volador, resulta un juego atractivo y motivador para el perro. Cuando se haya aprendido cómo arrojar y perseguir el plato con el can, es posible que se quiera perfeccionar la técnica, e incluso, participar en campeonatos.
El lanzamiento del frisbee, o disco volador, resulta un juego atractivo y motivador para el perro. Cuando se haya aprendido cómo arrojar y perseguir el plato con el can, es posible que se quiera perfeccionar la técnica, e incluso, participar en campeonatos.
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