Hay ocasiones en las que tu cachorro debe ser intervenido quirúrgicamente, las más frecuentes: esterilización, hernias o para extraer objetos que hayan sido ingeridos. Una operación quirúrgica siempre es una situación estresante para el cachorro, pues hay que sumarle a las molestias de la operación las siguientes situaciones:
Tu cachorro despertará de la anestesia en una jaula metálica, cubierto con una manta y con el suero aún colocado. Debe permanecer bajo la supervisión del personal veterinario para prevenir accidentes como ahogarse con su lengua.
Si la intervención es sencilla podrás recoger a tu cachorro el mismo día, de lo contrario, deberá quedarse el tiempo que determine el centro veterinario ingresado, puesto que puede necesitar la suministración de suero intravenoso, relajantes musculares, inyecciones, etc.
Tu cachorro se sentirá ansioso porque, no solo se encuentra molesto, sino que se encuentra en un lugar en el que no se siente seguro, con olores y ruidos que no tienen nada que ver con el calor de su hogar.
No debes preocuparte. Una vez que puedas llevarte el cachorro a casa, debes tener sumo cuidado con las heridas que pueda tener. Tras una operación, suele haber puntos de sutura, por lo que tu cachorro deberá permanecer tranquilo para evitar que la herida se abra. No debe ni subir ni bajar escaleras, ni saltar, ni levantarse en dos patas.
Una vez en casa, los cuidados requerirán de paciencia y un poco de esfuerzo por tu parte:
Coloca a tu cachorro en la cama donde normalmente descansaba. Acerca a la cama el cuenco de beber y comer y un poco más alejado, papel de periódico donde pueda ir a hacer sus necesidades. No lo alejes mucho porque tras la operación, andar se hace complicado.
Si tiene puntos de sutura evita por todos los medios que se rasque la herida con sus patas o se lama la herida. Si no puedes estar pendiente de tu cachorro tras la operación, consigue un collar Isabelino. De esta forma evitarás que llegue a la herida y pueda abrírsela. Si logras que se cure bien la herida, cicatrizará a la perfección. Si se arranca los puntos, deberás volver al veterinario para que le ponga grapas y desinfecte la herida.
Revisa y controla la toma de la medicación. Debes ser muy estricta a la hora de administrarle la cantidad de medicina que te ha indicado el veterinario y administrarla las horas y durante el tiempo que se indica.
¡No se te ocurra aplicar ningún medicamento humano! Para limpiar la herida o si observas que el cachorro se siente mal consulta al veterinario. No utilices alcohol, agua oxigenada o pomadas que normalmente utilizas para ti, sin permiso del veterinario.
Lleva al centro veterinario a tu cachorro si en la herida notas que hay secreción de líquido, pus, sangre, enrojecimiento acentuado o inflamación de los puntos.
Evita que tu cachorro ponga en contacto la herida con suciedad (muchos cachorros al picarle la herida arrastran la zona sobre el suelo, paredes, etc.)
Los perros se recuperan mucho más rápido que nosotros. Si la operación ha sido rápida, al día siguiente tras la operación o al cabo de dos días, podrás observar como tu cachorro vuelve a ser el de siempre: no te dejes engañar. Aunque se encuentre bien y tenga mucha energía, vigila que no sea brusco en sus movimientos. Si la operación ha sido más complicada, tu cachorro puede que esté apagado o triste durante un par de días o incluso hasta una semana: es totalmente normal, pues una cirugía es un proceso doloroso e incómodo.
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